Todas las asociaciones animalistas esperábamos como agua de mayo el anteproyecto de Ley de protección y bienestar animal impulsada por el actual Gobierno, y cuando después de tanto tiempo tenemos acceso al texto completo, vemos con gran indignación como precisamente una de las razas de perro más castigada durante toda su vida (de lo que damos fe las entidades tanto públicas como privadas que rescatamos animales) ha quedado una vez más excluida de unas leyes que siguen dejándolos desprotegidos e ignorados.

Es desolador comprobar cómo no ha habido ni hay un gobierno sea del color que sea, que haya sido capaz de plantarle cara al poderoso lobby de la caza. La Real Federación Española de Caza y la Oficina Nacional de la Caza han presionado con su gran poder económico y han ganado la batalla para seguir usando perros sin control de ningún tipo.

Y mientras tanto en Kimba seguiremos año tras año y sobre todo al finalizar la temporada de caza, rescatando perros y perros de descartes (como ellos los llaman) para recuperar miradas perdidas y cuerpos tan castigados que apenas responden a ningún estímulo.

Pero no pasa nada, todo es invención de la Protectoras porque esos perros sin vacunas, sin alimentación adecuada, sin atención veterinaria y corriendo hasta la extenuación, son felices.