Hace ya meses, años quizá en los que ésta Protectora centra su trabajo casi exclusivamente en el rescate de animales en pésimas condiciones, tanto físicas como psicológicas. Tal es la vida que llevan perros y gatos que conviven con personas a las que poco o nada importa que un animal sufra, tanto si realmente son conscientes del daño a los que los someten, como si por alguna patología psíquica no los son, como es el caso de varios Síndrome Noé de los que ya nos hemos hecho cargo más de una vez, y en donde gracias a las denuncias ciudadanas se han podido salvarla vida de muchos animales en situación límite.

El trabajo al que nos enfrentamos en un rescate de las condiciones descritas anteriormente es largo y muy laborioso, ya que son animales que han sufrido mucho, y en la mayoría de los casos desconfían del ser humano, como es lógico.

Por ello y teniendo en cuenta que la atención veterinaria debe ser inmediata, los Voluntarios tienen que hacer lo posible e imposible para transmitir un poco de confianza y tranquilidad al perro ó gato en cuestión, a fin de que pierda algo de miedo y de esa manera poder atenderlo en los primeros auxilios, algunos de los cuales son de extrema gravedad y requieren intervención quirúrgica de urgencia.
Una vez que superados los momentos más complicados, es muy importante contar con una casa de acogida en donde se le pueda dar atención individualizada hasta que podamos integrarlo con el resto de los animales albergados en la protectora. Igualmente y una vez que se considera al animal “dado de alto” a nivel físico (analíticas, esterilización, tratamientos si los hubiera, etc) y por supuesto totalmente recuperado de cualquier intervención quirúrgica a las que haya podido someterse, entra inmediatamente en la bolsa de adopciones. Durante todo el proceso descrito anteriormente, es sumamente importante la labor de observación de los Voluntarios, para así poder informar del carácter y particularidad del animal a los posibles adoptantes.
Llegado el momento en el que alguien se interesa por un gato ó perro, realizamos una entrevista con el/los posibles adoptantes y en la que nosotros informamos de las características del animal (relación con personas, perros, gatos, etc) al tiempo que vemos si la situación de los adoptantes (espacio vivienda, horarios, etc) puede ser compatible con la vida que le quieren ofrecer.

Una vez superados dichos requisitos, procedemos a formalizar un contrato de adopción en donde las dos partes se comprometen a cumplir una serie de requisitos.

Éste sería el procedimiento (algo resumido) en las adopciones nacionales, pero como ya sabéis por informaciones enviadas anteriormente, muchas de las adopciones tienen como destino otros países (Alemania, Bélgica, Luxemburgo, etc) y es ahí donde el trabajo se complica muchísimo más, ya que el traslado de animales dentro de la U.E se regula con una legislación muy estricta y precisa.