Hay situaciones a las que nos enfrentamos en la Protectora y en donde nos hacemos cargo de animales en tan mal estado físico, que nosotros mismos que parece ser estamos acostumbrados a rescates en exceso complicados , no habríamos podido ver su recuperación salvo que se les dispensaran unas atenciones individualizadas que resulta prácticamente imposible en las instalaciones “Kimba”,  donde se encuentran albergados siempre un importante número de animales.

 

Es por ello que, desde aquí queremos agradecer su entrega incondicional y gran ayuda a todas esas personas que han respondido a las llamadas que en ocasiones tenemos que hacer, y se han ofrecido como casa de acogida, ya que gracias a ellos hay animales que están teniendo, y podrán tener  un futuro que se les presentaba casi imposible.

Por poneros algún ejemplo, aquí tenéis a Suerte y a Blas acabados de rescatar, y días más tarde recuperándose en una casa de acogida.